todo lo que ver en la ciudad de los azulejos
Ir a Lisboa es algo que nos encanta. Pasear por sus soleadas calles, con sus antiguos edificios, llenos de azulejos, es una experiencia que nadie debería perderse. Al ser una capital de país, tiene multitud de planes de todo tipo y esto, sumado al hecho de ser una ciudad relativamente pequeña, la convierte en la ciudad ideal para recorrer en un espacio corto de tiempo y no perderte nada.
Lisboa es antigua y señorial (como diría la canción), pero también es alegre y juvenil. Lisboa nunca defrauda y siempre te acogerá con los brazos abiertos. Por eso, es una de las ciudades que más nos gusta visitar.


Hoy te contamos algunas de las cosas que más nos gustan de la capital lusitana para que puedas aprovechar tu viaje de la mejor manera y sin perderte ninguno de sus rincones más característicos.
Índice
1. Ver la Plaza de comercio desde las alturas


La Plaza del Comercio es uno de los lugares más característicos de Lisboa y también de los más visitados. El antiguo palacio real es un buen punto de partida para empezar tu visita a la ciudad. Esta plaza es una de las imágenes más icónicas, pero lo que mucha gente desconoce es que se puede disfrutar de unas espectaculares vistas desde el arco de Rua Augusta que se encuentra justo a la entrada de la propia plaza. Desde allí puedes deleitarte de la vista desde una perspectiva diferente, así como de las calles principales de la ciudad que parten de ella.










2. Pasear por Alfama y escuchar fado






Alfama es el barrio con más encanto de la ciudad. El antiguo barrio de pescadores se ha convertido con el paso de los años en uno de los rincones que mejor representan lo que es Lisboa. Recorriendo sus calles puedes disfrutar de multitud de edificios con sus característicos azulejos o disfrutar de una cena ambientada con música en directo en alguna de las numerosas casas de fados ubicadas en este barrio. Aquí también podrás encontrar el castillo de San Jorge, desde donde se pueden disfrutar de unas hermosas vistas a toda la ciudad, pero lo desaconsejamos si cuentas con poco tiempo ya que el castillo en sí no tiene mucho atractivo y puedes disfrutar de unas vistas igualmente buenas desde cualquiera de los otros miradores que llenan la ciudad.








Uno de los lugares que no puedes dejar de visitar es el café del teatro de Garagem, una cafetería desde la que podrás deleitarte con un buen café mientras te relajas con unas vistas espectaculares de la ciudad.






Fotos del interior del Café Garagem
3. Panteón Nacional y Feria da Ladra
Además de la visita por el barrio de Alfama que te acabamos de contar, no puedes dejar de acudir a la famosa Feria da Ladra que se celebra en este mismo barrio los martes y sábados. En este rastro portugués podrás encontrar casi cualquier cosa, desde ropa y libros de segunda mano hasta vajilla portuguesas y muebles. Justo al lado se encuentra el Panteón Nacional, una antigua iglesia reconvertida en panteón donde descansan los restos de alguna de las figuras más importantes de Portugal (Amália Rodrigues, Almeida Garrett, Guerra Junqueiro o Sophia de Mello Breyner Andresen). Además, desde su cúpula también podrás disfrutar de sus grandes vistas.










4. Las vistas desde algún mirador


Como habrás podido deducir, Lisboa tiene unas vistas insuperables. La ciudad de las siete colinas tiene repartidas a lo largo y ancho multitud de miradores desde los que podrás ver toda la ciudad desde las alturas. Nosotros te recomendamos el de Nuestra Señora do Monte y el de Portas do Sol, sin embargo, también son los más visitados y seguramente tengas que compartir la visita con una gran cantidad de turistas, por lo que te aconsejamos que madrugues para disfrutarlos con tranquilidad. Además de estos dos también encontrarás una magnifica panorámica desde cualquiera de los otros miradores, como el de Santa Lucía, el de San Pedro Alcántara, el de Santa Catalina, el de Gracia o el mirador del Elevador de Santa Justa.




Fotos del Mirador de Santa Lucía
5. Comer pasteles de Belém


Si vas con el tiempo suficiente, Belém es una parada indispensable. Este barrio, alejado del centro de la ciudad es conocido por sus famosos pasteles, aunque también esconde otras maravillas. Justo al lado de la Pastelería de Belém se encuentra el majestuoso monasterio de los Jerónimos, cuya visita es obligatoria. Y a pocos pasos de este podrás encontrarte con la archiconocida Torre de Belém y con el Monumento a los descubridores. Estos monumentos están todos cerca unos de otros, por lo que una vez allí los podrás visitar dando un paseo por la orilla del Tajo. Te dejo aquí una guía de lo más completa para que puedas planificar tu visita por Belém.




6. Ir a las fiestas de Santo Antonio
Una ciudad que se precie debe tener unas buenas fiestas populares para darle vida y sabor. Este es el caso de las fiestas de los Santos Populares o también llamadas fiestas de San Antonio, patrono de la ciudad, que durante todo el mes de junio engalana sus calles con guirnaldas y con sus mejores galas para ver cuál es el mejor barrio de la ciudad. En estas fiestas son típicos los puestos callejeros de sardinas a la brasa y la música en la calle. Aunque las fiestas duran el mes completo, el punto álgido son los días 12 y 13 de junio, cuando salen las procesiones y las carrozas a la calle y todo el mundo llena las abarrotadas calles.






Fotos de Santo Antonio presentes en Lisboa
8. Ver la ciudad a bordo del tranvía 28


Subirte al tranvía amarillo más famoso de Portugal es una buena forma de recorrer de punta a punta la ciudad atravesando algunos de los barrios más característicos de la ciudad. Eso sí, te recomendamos que madrugues y te subas en alguna de las paradas iniciales porque este tranvía es muy turístico y suele ir abarrotado, por lo que si no quieres ir como una sardina en lata y no ver absolutamente nada esta es la mejor opción. Además, su recorrido pasa por el Barrio da Estrela, un poco más alejado del centro, donde podrás visitar su preciosa basílica y el jardín con su mismo nombre.




8. Elevador de Santa Justa y Convento do Carmo


Este antiguo elevador de principios del siglo XX conecta la zona de Baixa Pombalina con el barrio de Chiado, pero además de estas funciones prácticas también ofrece unas preciosas vistas desde su altura de 45 metros, donde tendrás unas vistas privilegiadas de toda la ciudad. Eso sí, este elevador suele tener unas colas muy largas, por lo que, si no quieres esperarlas, podrás ver las vistas desde un poco más abajo si acudes caminando desde el Convento do Carmo que se encuentra en la parte de arriba.






Hagas lo que hagas, la visita a las ruinas de este antiguo convento derruido en 1755 por el gran Terremoto de Lisboa es mágica e imperdible. Actualmente solo queden en pie los arcos y sus muros, ya que el techo sucumbió al seísmo, pero sin duda conserva la majestuosidad que tuvo en su tiempo. Además, el edificio también alberga el Museo Arqueológico, y con la misma entrada podrás visitar tanto el museo como el convento.










Y hasta aquí nuestro paseo por Lisboa.
Espero que lo disfrutaras tanto como nosotros y pronto lo puedas hacer no solo a través de la pantalla.
Obrigado, Lisboa
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