El café de especialidad es un término que se utiliza para describir granos de café de alta calidad que han sido evaluados y calificados por un catador experto en función de su aroma, sabor, acidez, cuerpo y otros atributos. Este café es cultivado en plantaciones específicas donde se trabaja y se mima el grano para que este no pierda sus propiedades.
Estás plantaciones de café no se pueden ubicar en cualquier punto del planeta y requieren de unas características climatológicas concretas, así como de un suelo determinado (generalmente a alta latitud), los cuales no abundan. Es frecuente encontrarte este café con origen en Brasil, Nicaragua, Bolivia… Eso sí, no te imagines grandes plantaciones de café como los de las películas donde trabajan de sol a sol muchas personas. Es importante destacar que este tipo de café se cultiva y se procesa de manera sostenible, lo que significa que los productores trabajan para proteger el medio ambiente y mantener buenas condiciones laborales para los trabajadores.
Una vez recogido, el tueste también es muy importante y su forma de hacerlo es la que nos permitirá distinguir matices en el sabor que de otra manera no podríamos apreciar. En tu taza tendrás notas de chocolate, frutas, caramelo… Eso es lo que dice la técnica y probablemente no llegue a todos los paladares, ni todos seamos capaces de diferenciar esos matices, pero lo que sí que es cierto es que su sabor es diferente y cuantos más cafés pruebes mejor podrás distinguirlos y saber cuál te gusta y cuál no.
No quería cerrar este punto sin hacer una pequeña mención a lo que probablemente menos nos guste del café de especialidad, su precio.
En España estamos acostumbrados a que el café cueste entre 1,20€ y 1,50€ (precios de provincias) en muchas cafeterías, pero tomarte una taza de especialidad en muchas ocasiones hace que sea el doble y es algo a lo que no está dispuesto todo el mundo.
Que los precios sean más elevados tiene su razón de ser, puesto que la producción es más costosa y requiere una mayor atención y cuidado en todas las etapas del proceso, desde el cultivo hasta la preparación.
Y, ahora bien, una vez que hemos establecido los cimientos de este mundillo del café.
¡Comencemos nuestra ruta cafetera!