un hotel bueno, bonito y barato cerca de Riazor
Cuando voy de viaje a una ciudad, aunque sea para una estancia corta, algo que me gusta mucho es amanecer en ella. A primera hora, cuando los turistas todavía duermen, las calles muestran su verdadera esencia. Para muchos, poner el despertador estando de vacaciones es un verdadero sacrilegio, sin embargo, para mí, el solo hecho de poder disfrutar de la calma de ese paseo matutino y ver cómo despierta la ciudad ya hace que merezca la pena el madrugón.
Y tú, ¿eres más de madrugar o de vivir la noche?


Encontrar un hotel o un alojamiento Bueno, Bonito y Barato no siempre es tarea fácil y, además, no en todas las ocasiones nos podemos dar el capricho de hacer una escapada a todo trapo cuando nos lo pide el cuerpo.
Hace un tiempo vi en Instagram que alguien recomendaba el hotel Mar del Plata en A Coruña y decidí anotarlo como posibilidad para un futuro fin de semana en la ciudad. Nunca se sabe cuando será el momento de preparar nuevamente la maleta.
Cuando planteamos visitar La Coruña acudí rauda y veloz a consultar la libreta viajera. Entramos en Google, consultamos la disponibilidad y … ¡nos lanzamos a la aventura!
Hoy voy a compartir contigo nuestra experiencia en el Hotel Mar del Plata (a mi antes de reservar me encanta conocer opiniones reales de otros viajeros). Un hotel localizado cerca de Riazor que reúne las tres BBB’s.
EL HOTEL Y LAS ZONAS COMUNES
Confieso que cuando vi el exterior del hotel no me llamo nada la atención, pero las apariencias engañan y en este caso, mucho.
Al lado de Riazor, el célebre estadio del Dépor, en el Paseo Ronda número 58 se ubica Mar del Plata. El hotel ha sido totalmente reformado en los últimos tiempos y luce en su interior su mejor cara. La reforma ha corrido a cargo del interiorista Óscar Santomé, que ha realizado bastantes trabajos en tierras gallegas.
Según cruzas la puerta de entrada, el vestíbulo ya te da una idea de lo que te vas a encontrar; una decoración sencilla pero cuidada y un personal de recepción de lo más amable y cercano.
Durante toda la estancia el personal ha estado muy pendiente por si necesitábamos algo. La recepción permanece abierta las 24 horas del día por lo que siempre hay alguien que te pueda atender.




El hotel es pequeño y las habitaciones se reparten entre el primer y segundo piso del edificio. Entre los servicios que tienen disponibles está la opción de desayunar en la cafetería tanto de buffet, como a la carta (nosotros no lo probamos en nuestro afán de descubrir locales en la ciudad), alquilar una bici para recorrer el paseo marítimo o comprar entradas para el circuito termal en Casa del Agua.
También disponen de párking para dejar el coche muy cerca del hotel. Es cierto que por los alrededores hay bastante zona blanca donde poder aparcar, pero a los que nos gusta que el coche no duerma en la calle podemos hacerlo por 7 euros al día. La verdad que para los precios que tienen los aparcamientos (llegamos a pagar 15 € por unas horas) en la ciudad está muy bien. Como punto negativo, cabe resaltar que para poder entrar necesitas un mando que hay que devolver cada vez que entras y sales y eso, en cierta manera, te quita libertad de movimiento.










En cada uno de los pisos dispone de una zona común con sillas y algún sofá. Parece una tontería, pero los pasillos se ven de otra manera con estas zonas. Mucho más acogedoras y con menos sensación de solo pasillo.
En la planta baja, junto a la entrada, disponen de una pequeña cafetería donde sentarte a tomar algo.
LAS HABITACIONES
Nosotros éramos cuatro personas y cogimos un par de habitaciones dobles de categoría superior. Ambas eran muy amplias, tanto la zona de las camas, como el baño. El gran ventanal tenía vistas a la calle, pero como estaban situadas en la primera planta no se veía la playa. ¡Una pena!
La línea decorativa es muy limpia y sencilla. Te dejo las fotos para que puedas verlo por ti mismo. Realmente no es una habitación con grandes lujos, pero tiene lo justo para hacer una buena estancia de un par de días. Limpia, cómoda y funcional.


Las camas son grandes y tanto las almohadas como los colchones son realmente cómodos. No siempre encuentras camas confortables. Los baños son también amplios y disponen de toallas, útiles de aseo y secador del pelo.
Un detalle que nos gustó bastante es la botella de agua mineral que te tienen preparada en la habitación en el momento de la llegada. Es verdad que una botella la puedes encontrar en cualquier sitio, pero después de todo el día pateando la ciudad, llegar y verla allí alegra a cualquiera.








En algunas opiniones por internet habíamos leído que las habitaciones eran ruidosas por la noche ya que justo en frente hay un bar de copas, sin embargo, nosotros pasamos una noche muy agradable, sin ruidos.


En resumen, es un hotel con las comodidades básicas para pasar un par de noches en la ciudad. Ten en cuenta que, si buscas grandes lujos, ¡este no es tu sitio!
No está en el meollo de la ciudad, pero en unos 5 o 10 minutos llegas a las zonas principales de A Coruña y un paseo por el borde de la playa de Riazor, si no sopla mucho viento, es siempre un placer.
A nosotros nos ha gustado bastante su relación calidad/precio y volveríamos a repetir.
Y tú, ¿Cuáles son tus imprescindibles a la hora de elegir un alojamiento?
¿Cuál es tu favorito en La Coruña?
¿Te gustan este tipo de entradas con nuestra experiencia y recomendaciones?
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