un dulce con sabor a Oviedo
En el norte tenemos unos dulces de gran calidad y más concretamente en Asturias las pastelerías son un auténtico lujo. Si recorremos Oviedo podemos encontrar varias confiterías con solera, con muchos años de experiencia a sus espaldas.
¡Aquí somos llambiones de nacimiento!
Seguro que si nos lees desde Asturias no tienes dudas, pero si nos visitas desde otro punto igual estás pensando… ¿llambión?,¿eso qué es?
Dícese del amante del dulce, de aquel que no puede vivir sin un buen pastel o un bollo rico, rico.
¿Te identificas?
Si es así sigue leyendo porque la visita de hoy te va a encantar.
¡Nos vamos a Rialto!
Índice






La historia
Rialto, para muchos, seguro que no necesita carta de presentación, pero, por si acaso, vamos a ponernos en situación. Se trata de una confitería que tenemos en Oviedo a donde muchos carbayones (habitantes de Oviedo) acuden a comprar pasteles y no hay turista que se resista a las Moscovitas, su producto más afamado.
En la calle San Francisco (Oviedo), bajo el cartel de Confitería Rialto, se puede leer “desde 1926”, sin embargo, tenemos que remontarnos unos años antes para contar los inicios de la reputada confitería. A día de hoy, por el negocio pastelero, han pasado cuatro generaciones, pero fue el bisabuelo de la familia Gayoso quien comenzó la andadura.
Podrías estar pensando que un local como es Rialto y con un producto tan arraigado a Oviedo como son las moscovitas nació en la capital asturiana, pero esto no fue así. Rialto emerge en Luarca como confitería, villa con gran prestigio pastelero, aunque lo hace con otro nombre, “Confitería Gayoso”, y una vez que se traslada a su ubicación actual es cuando se bautizará como “Confitería Rialto”, nombre que ha perdurado hasta nuestros días.
El actual gerente es Francisco Gayoso, cuarta generación en el negocio, pero todos han tenido su importancia en la historia del establecimiento. Si bien el bisabuelo inicia el negocio, es el abuelo de Fran el que lo traslada a Oviedo y con quien se empaquetan por primera vez las cajas de moscovitas.


Pero empecemos por el principio, ¿qué son las Moscovitas?
Las Moscovitas son unas pastas de almendras muy finas, recubiertas de chocolate que se comen solas. No sabría explicarte con palabras a qué saben, pero es una experiencia que debes probar (si no lo has hecho ya). Eso sí, ten cuidado porque una vez que empiezas no podrás comerte solo una.
¿y cuál es su origen?
Cada día en el obrador de la calle San Francisco se elaboraban diferentes tipos de pastas de té que se vendían en la confitería. Entre estas bandejas se encontraban las famosas pastas de chocolate. Poco a poco los clientes empezaron a interesarse por ellas y pasaron a ser la joya de la corona. Viendo que los usuarios llegaban a Rialto y en vez de pedir una caja de pastas variadas, únicamente solicitaban las Moscovitas, el abuelo del actual propietario se animó a empaquetar cajas que contuvieran solo ese dulce. La idea fue acogida con mucho éxito y llegó para quedarse. Desde entonces las cajas de Moscovitas no solo se venden, sino que se despachan solas.






Seguro que llegados a este punto estarás pensando,
¿Cuál es el secreto mágico para que estén tan buenas?
No te voy a negar que personalmente desconocía cómo era su producción. Han sido muchas veces las que he podido disfrutar de una caja de Moscovitas, pero nunca pensé que su secreto no fuera únicamente la relación de ingredientes, sino la forma de elaborarlas. Cuando nos lo han contado nos hemos quedamos realmente sorprendidos, así que si quieres conocer el secreto mejor guardado sigue leyendo.
Si quieres hacer Moscovitas no necesitarás más que chocolate, almendra marcona, nata, un poco de harina y azúcar. Su elaboración es completamente artesanal y se hacen a mano cada día en el obrador que tienen a las afueras de Oviedo.
¿¿¿A mano???
Con la cantidad de cajas que se venden diariamente, es lógico pensar que la producción se realizase con máquinas, sin embargo, es todo lo contrario. La mezcla de almendra y azúcar se dosifica con una manga pastelera y posteriormente se unta el chocolate con una espátula.
Muchos han probado la receta, ya sea en casa o en otros obradores, y existen muchas pastas parecidas, pero ninguna como la original, que está patentada desde hace bastantes años. Sin duda la experiencia de lustros y el cariño que le ponen a las Moscovitas las hacen únicas.


El salón de té, las moscovitas y los ovetenses
Para los que no conozcan el local, Rialto no es solo una pastelería, pues dispone también de servicio de cafetería. Cruzando la zona de venta, al fondo del local, darás con el salón de té. Un viaje en el tiempo te llevará a otra época, un tiempo en el que acudir a la merienda era todo un acto social y todavía se respira esa esencia en el salón. Los manteles rosas visten las mesas, mientras los clientes se sientan a desayunar con calma un día de semana o acuden a tomar un pastel a media tarde.
Es sorprendente cómo, con la cantidad de nuevas cafeterías que hay en Oviedo, siempre está completa la sala. Seguro que si nos lees desde Oviedo, independientemente de la edad que tengas, podrías contarnos alguna vivencia personal o algún recuerdo que tengas en el salón.
¿Te animas? ¿Qué es para ti Rialto?
¡Venga empiezo yo!
Rialto sabe a milhojas los domingos especiales, esos en los que un buen menú requiere un postre que esté a la altura. Separar las capas y rechupetear el merengue que se sale por las esquinas es un placer para los sentidos.
También es la merienda de Jueves Santo después de los oficios. Mamá siempre nos lleva tomar un café con pastel como ya hacía su madre antes con ella.
Son los desayunos, con calma, de croissant, café y zumo los días de semana en los que no hay que ir a trabajar.
Rialto no son solo pasteles y azúcar en vena, sino que son sensaciones y vivencias de los ovetenses.
Es curioso la cantidad de turistas que visitan la ciudad y acuden en masa a comprar el dulce para llevarlo de recuerdo y compartirlo en casa cuando finaliza el viaje.




Hablándolo en la visita, nos comentaban que los mejores embajadores de la Moscovitas son los propios asturianos y el boca a boca. No sé si a ti también te ha sucedido, pero cuando estás de viaje y curioseas en alguno de los escaparates de la ciudad o encuentras una tienda gourmet y ves una caja de Moscovitas siempre terminas pensando: “¡mira, moscovitas!” Puede parecer una tontería, pero es un arraigo a la tierra, algo que nos recuerda el sitio que nos vio nacer.
Los que estamos aquí viviendo igual no lo valoramos tanto, pero los que no residen en Oviedo y están más lejos, en muchas ocasiones, era algo que siempre terminaban comprando para llevar cuando venían de visita o pedían a alguien que les mandase una caja cuando sentían “morriña”. Este hecho fue algo que hizo que desde la confitería se plantearan darle una nueva vuelta de tuerca al negocio. De esta manera llegó el envío a toda España, pero no fue un camino de rosas. Las pastas son muy finas y el traqueteo del viaje hacía que llegasen hechas añicos. Esto fue mejorando con el tiempo y llegó la expansión a la capital con su sucursal en Madrid y a otros puntos de distribución a lo largo de España. De esta manera siempre es más fácil tenerlas cerca sin tener que ir hasta la calle san Francisco.
¿Hay algo más alla de las Moscovitas?


Si has llegado hasta aquí te habrás dado cuenta que las Moscovitas son las grandes favoritas, pero no todo es Moscovitas en Rialto ya que tiene mucho más que ofrecer.
Es complicado competir con ellas, pero en el mostrador se despachan muchísimas más cosas. Los turistas se las llevan en masa, pero también le hacen la competencia los carbayones, otro de los dulces con gran arraigo a Oviedo.
La bollería es el plato estrella de los desayunos y los milhojas y las palmeras los preferidos de los que eligen un buen hojaldre. Desde hace unos años, a los pasteles tradicionales, se les han unido los especiales. Son unos pasteles más cremosos que entran por los ojos desde el minuto número uno. Quizás sean la moda de lo más visual, pero son los preferidos de los más jóvenes. Estos son la versión petit de las tartas que puedes encargar diariamente. Así que si no sabes con cual quedarte siempre es un gran plan hacer una cata previa.






Y ahora te estarás preguntando,
¿dónde se produce tanta cantidad de dulce?
El primer obrador de la casa está en el primer piso de la confitería. En él se empezaron produciendo todos los productos que se vendían en la Confitería, sin embargo, con el crecimiento del negocio familiar, este empezó a quedarse pequeño y tuvieron que buscar nuevas alternativas.
Francisco, el gerente actual, se aventuró a crear un obrador (mucho más grande que el inicial y con una gran inversión) únicamente para la fabricación de Moscovitas. De esta manera el obrador de la confitería quedó para la producción de resto de productos, mientras que las Moscovitas se elaboran en una nave a las afueras de Oviedo.
Rialto y sus números
Cuando nos cuentan todos estos detalles siempre tendemos a pensar que la producción es muy grande y que se venden muchos pasteles a lo largo del día, pero ¿te atreverías a ponerle números?
¿Cuántas moscovitas se producen en un día? ¿y pasteles?
¿cuántas personas trabajan en el obrador?
Las Moscovitas se van colocando en una bandeja con la manga pastelera y posteriormente introducidas en un carro. Un día normal, se elaboran 60 carros. Cuando se empezó su fabricación, lo normal, era hacer un solo un carro. Menudo cambio, ¿verdad?
¿Y eso cuántas son? Pues te sorprenderá saber que a lo largo del día hacen un total de 57000 Moscovitas.
Si hablamos de pasteles, se elaboran unos 1000 diarios.
No sé a ti, pero nunca pensé que las cifras pudieran ser tan grandes.
Creo en Oviedo y Comercios con historia




Toda la historia de Rialto podrás conocerla de primera mano haciendo una de las visitas gratuitas que se ofertan desde Comercios con historia.
Esta iniciativa surge desde Creo en Oviedo y el Ayuntamiento de Oviedo como apoyo a los comercios de la ciudad. Han seleccionado una serie de establecimientos en los que, previa reserva en su web, te contarán su historia y cómo desarrollan día a día su trabajo.
Probablemente hayas pasado por delante de ellos muchas veces y no te hayas parado a pensar nunca en su trayectoria dentro de la ciudad, pero puede ser una gran idea conocer desde cerca. Desde Mapa y Pincel nos ha sorprendido muy gratamente lo que hemos aprendido de las personas que hay detrás del negocio y estamos deseosos de ir a conocer al resto de establecimientos.
¿Te animas?
El extra: su escaparate
No quería despedirme hoy sin hablarte de una de las cosas que más me llaman la atención cada vez que paso por delante de la confitería. Paseando por la calle es llamativo su escaparate. Conserva su estructura de los orígenes, pero no resulta chocante cuando lo miras. A mí, personalmente, me recuerda un poco a las grandes cafeterías portuguesas que lucen en Lisboa con orgullo los años que llevan en la ciudad.
Desde lejos el escaparate se ve como de otro tiempo, sin embargo, cuando te acercas todo cambia, los diseños más originales y actuales se suelen exponer en la vitrina de la parte derecha. Son obra de la asturiana Beatriz Suárez Ontañón, que con mimo lleva decorando el escaparate muchos años. La artista, que ha trabajado para grandes firmas en París como Dior o Tara Jarmon, es capaz de incluir siempre los productos de Rialto (moscovitas, princesitas, pastas…) como elementos de los objetos más cotidianos.
¡Dignos de ver!


Espero que hayas disfrutado de este dulce paseo.
¡Te leo en los comentarios!
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Una idea sobre “Oviedo y sus Comercios con historia: Rialto, la pastelería que vio nacer a las mocovitas”
Siempre que tengo que hacer un regalo con identidad OVIEDO regalo una caja de Moscovitas y siempre quedo bien.